Principales conclusiones

    • Los niños que tienen la oportunidad de acceder a la información y expresar sus sentimientos y temores suelen adaptarse mejor a la situación. 
    • Hable con los hijos de un familiar moribundo y pregúnteles si han pensado en cómo les gustaría despedirse.
    • Sé consciente de que a los niños todavía se les ve y no se les oye y que muy a menudo son dolientes olvidados.
¿Qué les decimos a los niños sobre la muerte?

Se trata de un dilema para muchas familias que se enfrentan a la muerte de un ser querido cercano o para las que ha fallecido un ser querido. ¿Deben implicar a los niños y, en caso afirmativo, en qué medida? ¿Qué información debe darse y cómo?

Hace poco visité a una familia en la que el cáncer de mama de la madre se había vuelto más agresivo y se pensaba que su pronóstico era de semanas, en el mejor de los casos de un par de meses. Hasta entonces, ella y su marido habían evitado hablar con sus hijos sobre el posible desenlace. Los niños (de 8 y 6 años) habían convivido con la enfermedad de su madre durante varios años. Habían aprendido a adaptarse a los días de enfermedad de mamá, a su pérdida de pelo y a su incapacidad para hacer lo que otras mamás parecían hacer. "¿Deberíamos involucrar a los niños ahora?" Papá preguntó, "Y si lo hacemos, ¿qué les decimos?"

El oncólogo les había aconsejado que avisaran a los niños de la inminente muerte de su madre, pero la idea de decirles que su madre iba a morir de forma natural les llenaba de pavor. En esta familia, los niños están implicados; han participado mucho en el viaje con mamá y probablemente tienen una buena idea de lo que está pasando. El peligro de no hablar con los niños es que son muy buenos para acceder a la información y rellenarán los huecos con sus propias ideas, la información añadida y a menudo errónea de sus amigos y, por supuesto, cuando sea accesible, ¡Internet! Aunque no apruebo que se le diga a un niño que su padre o su madre van a morir, creo que debemos darles la oportunidad de plantear sus preguntas y ser lo más sinceros posible en nuestra respuesta. En la situación de esta familia, basta con explicar que probablemente mamá no pueda seguir recibiendo tratamiento y que probablemente no mejore, y después dejar que los días pasen y que los acontecimientos se vayan aclarando a medida que los niños los observan. Decirle a un niño que mamá va a morir provoca la pregunta "¿cuándo?"a la que no se puede dar una respuesta definitiva. Sin embargo, si el niño pregunta, "¿Se va a morir mi mamá?" no se puede ni se debe mentir. La respuesta sería "Sí, pero no sabemos cuándo". La continuación de esta revelación daría al niño la oportunidad de hablar con su madre, expresar sus preocupaciones y tranquilizarse, dándole la oportunidad de pasar tiempo juntos y compartir su dolor. Los niños que han tenido la oportunidad de acceder a la información y expresar sus sentimientos y temores suelen adaptarse a la situación y parecen desenvolverse mucho mejor que los que han sido excluidos y pueden haber captado fragmentos de información incorrecta o fantasía. La exclusión también les niega valiosas oportunidades de compartir con sus seres queridos moribundos.

Funerales: ¿deben asistir los niños?

Se trata de una decisión muy personal de la familia. Cuando un niño tiene edad suficiente para comunicarse y mantiene una relación con el fallecido, ¿no debería dársele la oportunidad de expresarse y decir su adiós personal?

Es doloroso observar a nuestros hijos afligidos. Como padres, queremos protegerlos de las cosas que les causan angustia. Podemos cuestionar los beneficios de que los niños observen a otros afligidos, pero debemos aceptar que nuestros hijos tienen derechos y que, con nuestra cariñosa orientación y explicaciones claras y honestas, la asistencia al funeral de un ser querido les brinda la oportunidad de ser reconocidos y despedirse.

Con el tiempo, me he dado cuenta de que a los niños se les sigue viendo y no se les escucha, y muy a menudo son dolientes olvidados. Muchos me cuentan lo tristes que se sintieron cuando se les excluyó del funeral de su ser querido, diciéndoles a menudo: "Es demasiado tristeo "No te gustará ver a todo el mundo disgustado." La realidad es que no podemos soportar su angustia, no queremos que estén tristes, la muerte es algo que no podemos arreglar ni de lo que no podemos protegerles, así que, mientras podamos, la evitaremos y esperaremos que, como niños, no se den cuenta. Pero los niños se dan cuenta. Son como esponjas, lo absorben todo, e incluso cuando creemos que están absortos en una actividad, son capaces de escuchar nuestras conversaciones. Por eso, aunque creo que cada familia tiene derecho a decidir, también quiero aconsejar que, antes de tomar la decisión, ¿por qué no preguntar al niño? Averigüe lo que sabe, despeje el camino para una discusión honesta y dé al niño la oportunidad de compartir sus pensamientos con usted.

Niños y funerales
  1. Pregunte a los niños qué saben sobre los funerales, ¡puede que se sorprenda!
  2. Háblales de la persona fallecida y pregúntales si han pensado en cómo les gustaría recordarla o despedirse de ella.
  3. Quizá les apetezca escribir una carta o hacer un dibujo.
  4. Los niños mayores pueden escribir algo para leer en el funeral.
Participar en el servicio funerario

Si el niño desea participar ofreciendo su propia contribución, necesitará orientación, apoyo y tranquilidad, además de la oportunidad de cambiar de opinión si así lo desea. Si el niño desea hablar, es útil que alguien le acompañe y le ayude si le resulta demasiado difícil en ese momento. Del mismo modo que es importante dar al niño la oportunidad de hablar, también lo es darle permiso para que no participe o asista si no lo desea.

Otras formas de implicar a los niños pueden ser la elección de la música, la poesía o la hoja de servicios. Si se trata de la muerte de un ser querido, como un padre o un hermano, los niños pueden ayudar a elegir el ataúd, la ropa del difunto y el lugar de entierro o de depósito de los restos.

Gracias a nuestros colaboradores

Alex James

No escondas tu pena. Llévala, compártela. AJ

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