Principales conclusiones
-
- Sea sincero con su hijo. Dígale lo que sabe y lo que no sabe.
- No tengas miedo de mostrar a tu hijo que estás triste y que expresar la tristeza llorando es normal y natural.
- Asegúrate de que tu hijo sabe que no tiene la culpa.
- Dedica tiempo a cuidar de tu hijo (jugar, cantar, abrazarle, leerle libros).
- Repite estas conversaciones a medida que el niño crezca y comprenda mejor. Deja que el niño dirija estas conversaciones con sus preguntas.
¿Qué les digo a mi hijo y a sus hermanos sobre la parada cardiaca?
Para los niños que sufren una parada cardiaca, y para los niños cuyos familiares o amigos cercanos se enfrentan a ella, la situación puede ser tan confusa como angustiosa. Como padre, madre o tutor, decirles lo que ha ocurrido puede ser difícil y que son muy valientes por enfrentarse a ello. Diles que da miedo pero que puede que no vuelva a ocurrir y que lo peor ya ha pasado.
A continuación le sugerimos algunas formas de apoyar a los niños pequeños que se recuperan de su propia parada cardiaca o de la de un ser querido. Las ideas que se exponen a continuación pueden poner de relieve las cosas que puede esperar mientras su hijo sufre o experimenta la pérdida.
¿Qué es una parada cardiaca?
La parada cardiaca se produce cuando el corazón de una persona deja de funcionar correctamente y deja de respirar. Es como cuando el motor de un coche deja de funcionar y el coche ya no arranca. Del mismo modo que llamamos a un mecánico para que arregle el coche, cuando el corazón de alguien deja de funcionar, debemos llamar al 911 para pedir ayuda. A veces el mecánico puede arreglar el coche, y a veces no. Igual que el motor de un coche, a veces el corazón no se puede arreglar, y la persona muere.
A veces, se puede ayudar a la persona haciendo algo llamado RCP, que es como dar un pequeño empujón al corazón para que pueda empezar a funcionar de nuevo. También existe un DEA, que es una máquina que puede ayudar a que el corazón vuelva a funcionar.
¿Qué es la muerte?
La muerte es cuando nuestro cuerpo deja de funcionar, igual que cuando un coche deja de funcionar y ya no podemos conducirlo. Cuando alguien muere, su cuerpo deja de funcionar y ya no puede respirar, moverse ni sentir. Una persona que ha muerto no puede volver a la vida.
A veces la gente muere porque está muy enferma o es muy mayor y su cuerpo ya no puede funcionar. A veces, la gente muere a causa de accidentes, como caerse o hacerse daño, o sus cuerpos pueden enfermar.
Es importante comprender que la muerte es una parte natural de la vida y que todos moriremos en algún momento. Está bien sentirse triste o disgustado cuando muere alguien a quien queremos; es normal tener sentimientos, y está bien sentirse herido y llorar.
Podemos recordar a la persona que queremos hablando de ella, mirando fotos y compartiendo nuestros recuerdos felices con ella.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es una sensación de preocupación o miedo por algo que pueda ocurrir en el futuro. Es como tener una sensación de preocupación en el cuerpo que no desaparece, incluso cuando no hay nada peligroso a tu alrededor. Es normal sentir ansiedad cuando no estás seguro de que alguien a quien quieres vaya a estar bien. Todo el mundo siente ansiedad alguna vez, pero es importante saber controlarla para que no te impida hacer las cosas que quieres. Aquí tienes algunas cosas que puedes hacer para calmarte y sentirte mejor:
-
- Respira profundamente: Cuando empieces a sentir ansiedad, inspira profundamente por la nariz y espira por la boca. Esto puede ayudarte a sentirte más tranquilo y relajado.
- Habla con alguien: Comparte tus preocupaciones con alguien de confianza, como tus padres, un profesor o un amigo. Hablar de tus sentimientos puede ayudarte a sentirte mejor y menos solo.
- Tómate un descanso: Si te sientes abrumado, tómate un descanso de lo que estás haciendo y haz algo que te guste, como leer un libro, escuchar música o dibujar.
- Practica la atención plena: La atención plena es una forma de centrar la atención en el momento presente. Intenta sentarte en silencio y observar tu respiración o escuchar los sonidos que te rodean. Esto puede ayudarte a sentirte más tranquilo y centrado.
- Ejercicio: El ejercicio es una forma estupenda de reducir la ansiedad. Pruebe a dar un paseo a pie o en bicicleta, o practique algún deporte. El ejercicio puede ayudarte a sentirte más relajado y feliz.
¿Cómo responden los niños a la ansiedad? ¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a hacer frente a su ansiedad cuando aún no sabemos si su ser querido estará bien o no?
Los niños menores de 6 años pueden no entender qué es la ansiedad, pero aun así pueden sentirse preocupados o asustados. Pueden llorar o aferrarse a sus padres o cuidadores cuando se sienten ansiosos. También pueden tener problemas para dormir, rabietas o estar más irritables de lo normal.
Los padres pueden:
-
- Ayude a los niños pequeños a entender que su ser querido tenía un problema en el corazón, pero que los médicos están trabajando duro para ayudarle. a mejorar.
- Permita que los niños pequeños tengan muchas oportunidades de jugar para que puedan superar su experiencia, tener una sensación de normalización y experimentar alegría.
- Proporcione consuelo y tranquilidad, dé abrazos y pase más tiempo con su hijo.
- Mantener la rutina normal del niño para proporcionarle estabilidad.
- Poner a su hijo en contacto con un orientador o terapeuta si es necesario. La mayoría de los pediatras pueden proporcionar referencias.
Los niños de entre 6 y 11 años tienen más probabilidades de entender qué es la ansiedad y de poder hablar de sus sentimientos. Les puede preocupar que su ser querido u otra persona a la que quieren sufra un paro cardiaco. También pueden tener síntomas físicos, como dolores de estómago o de cabeza. Algunos niños pueden evitar ciertas actividades o situaciones porque se sienten ansiosos.
Los padres pueden:
-
- Hable con su hijo sobre lo ocurrido, responda a las preguntas que pueda tener y proporciónele información sincera sobre el estado de su ser querido.
- Ayude a su hijo a afrontar la situación animándole a expresar sus sentimientos, haciéndole saber que no pasa nada por sentirse preocupado o triste, y asegurándole que es querido y está seguro.
- Proporcione distracciones y ayude a su hijo a mantenerse ocupado con actividades que le gusten.
- Poner a su hijo en contacto con un orientador o terapeuta si es necesario. La mayoría de los pediatras pueden proporcionar referencias.
- Recuerde a su hijo que no es culpa suya que su ser querido sufriera una parada cardiaca.
- Dé a los niños la opción de visitar a un ser querido en el hospital, si el hospital lo permite. Si deciden que quieren visitarlo, es importante prepararles para lo que van a ver (máquinas, tubos, cables, etc.) En un hospital infantil, los padres pueden pedir que un especialista en vida infantil se reúna con su hijo y le prepare para visitar a un familiar enfermo. Si los niños no pueden visitarlo, pueden hacer dibujos o escribir notas para exponerlas en la habitación del hospital. Así sentirán que hacen algo para ayudar.
Es más probable que los niños de 12 años o más sean capaces de controlar su ansiedad con cierta independencia. Pueden ser capaces de reconocer cuándo se sienten ansiosos y utilizar habilidades de afrontamiento para controlar sus sentimientos. Sin embargo, algunos niños mayores pueden seguir luchando contra la ansiedad y necesitar ayuda de sus padres, profesores o consejeros. Pueden preocuparse por cosas como el colegio, las situaciones sociales o su propia salud y futuro. También pueden presentar síntomas físicos, como estar inquieto, pasar demasiado tiempo frente a la pantalla o entablar nuevas relaciones con sus compañeros como vía de escape, sudar o tener el corazón acelerado. Algunos niños mayores pueden evitar ciertas situaciones porque se sienten ansiosos.
Los padres pueden:
-
- Proporcionar un entorno de apoyo y comprensión a los niños mayores.
- Anime a su hijo a hablar de sus sentimientos y ofrézcase a escucharle sin juzgarle.
- Proporcione información sobre la enfermedad del ser querido y lo que hacen los médicos para ayudarle.
- Ayude a su hijo a sobrellevar la situación sugiriéndole mecanismos de afrontamiento saludables, como el ejercicio o las prácticas de atención plena, y animándole a tomarse descansos cuando sea necesario.
- Ofrézcase a poner a su hijo en contacto con un orientador o terapeuta si lo necesita. La mayoría de los pediatras pueden facilitar referencias.
¿Cuál es el momento y la forma adecuados de hablar a mi hijo sobre la parada cardiaca y la muerte?
Basándonos en nuestras experiencias, te recomendamos que no ocultes la verdad y no tardes en compartir lo que se sabe, "Hermano (o tú) estás enfermo" y lo que se desconoce "El hermano (o tú) no vendrá a casa esta noche y se quedará en el hospital".. Es natural proteger al niño, pero, según nuestra experiencia, lo mejor es ser sincero. mejor ser sincero. Contarle a su hijo lo que ha pasado, lo que sabe y lo que aún no sabe, contribuye a aumentar su confianza en usted y le ayuda a afrontar la incertidumbre y la pérdida que supone una parada cardiaca.
Perspectiva de los padres: "Abrí la puerta del dormitorio que comparten mis hijas. Hice acopio de toda mi fuerza maternal para utilizar una expresión facial y un tono de voz normales mientras les daba la noticia lo mejor que podía. Aún no sabía si sobreviviría. Incluso si lo hacía, no sabía si recordaría algo o sería capaz de funcionar. Intenté no llevar a los niños hacia esas preguntas".
Busque un lugar seguro y tranquilo, libre de distracciones si es posible, para hablar con su hijo y pensar bien lo que le va a decir. Pídale al niño que se siente con usted. Si es un niño pequeño y tiene algún objeto que le reconforte, como un juguete o una manta que le guste llevar, déselo. Asegúrate de hablar despacio, hacer pausas a menudo, darles tiempo para procesar la información y darte tiempo a ti mismo para gestionar tus propios sentimientos. Tus sentimientos y tu comportamiento marcarán el tono de la conversación y enviarán un mensaje al niño sobre cómo debe sentirse y comportarse.
Recomendamos un enfoque empático y honesto con los niños de todas las edades. También recomendamos utilizar un lenguaje sencillo y preciso y no expresiones que puedan no entender como "Hemos perdido a nuestra hermana" o "Hermana fallecida" porque puede ser confuso para un niño que no entienda lo que significa. En su lugar, recomendamos: "Tengo una noticia muy triste. Mi hermana ha muerto porque su corazón ha dejado de funcionar. No la volveremos a ver con vida, pero nos despediremos". Sabemos que puede ser difícil utilizar un lenguaje honesto y preciso, pero ser sincero y transparente es más fácil a la larga.
Los niños necesitarán tiempo para asimilar esta información. Los niños pequeños pueden reaccionar aparentando no escuchar. Espere con paciencia a que le presten atención o repita la información más tarde. Prepárate para que los niños más pequeños repitan las mismas preguntas una y otra vez, ahora y en los días siguientes.
A algunos niños les preocupará haber hecho o dicho algo que haya provocado una parada cardiaca o la muerte. Los niños pueden sentirse culpables, así que compruebe si se sienten responsables y asegúreles que no lo son. Puedes preguntarles : "¿Te preocupa que Hermano haya muerto por algo que tú hiciste?". A continuación, explícales de forma sencilla lo ocurrido y tranquilízales diciéndoles que no han hecho nada malo y que no tienen la culpa. Por ejemplo, puedes responder: "No has hecho nada malo. El corazón del hermano enfermó y dejó de respirar. Nadie podía haber hecho nada y nadie tiene la culpa".
¿Puedo mostrar mis emociones delante de mi hijo?
Es natural y apropiado expresar la pérdida, el dolor y la ansiedad delante de su familia, incluido su hijo. Puede que quiera prepararse para no asustar o sobresaltar a su hijo con la intensidad de su reacción, pero sea sincero. Si se siente triste y está llorando, dígale que se siente triste y que por eso llora, y asegúrele que no hay nada malo en mostrar los verdaderos sentimientos a los demás. Esto ayudará a tu hijo a identificar los sentimientos y a sentirse más cómodo mostrando sus propias emociones.
¿Cómo responden los niños al duelo?
La reacción de un niño ante una enfermedad grave y la muerte de un ser querido varía en función de su edad y sus experiencias vitales. Cada niño es diferente, y los siguientes ejemplos de diferencias y respuestas en función de la edad pueden aplicarse a niños de distintas edades y madurez emocional.
-
- Los niños menores de 5 años no comprenderán el significado de una parada cardiaca. Verán la tristeza y la ansiedad de las personas que les rodean. Puede que tampoco entiendan la permanencia de la muerte y pregunten si el familiar fallecido va a volver o cuándo. Hablarles de cómo te sientes de una manera que puedan entender es apropiado. Pueden mostrar comportamientos como aferrarse a su cuidador o conductas regresivas como orinarse en la cama. Estos comportamientos son normales y suelen desaparecer con el tiempo.
- Los niños de 6 a 11 años empiezan a comprender que las personas pueden enfermar o lesionarse y que la muerte es permanente. Una preocupación habitual de los niños de esta edad es que otros familiares y amigos también sufran un paro cardiaco o mueran. Quieren entender por qué la gente a su alrededor está triste y disgustada. Pueden empezar a hacer preguntas y querer entender lo que ha pasado. Pueden mostrar su dolor mediante la ira y experimentar dolores, náuseas o estreñimiento.
- Los adolescentes y jóvenes de alrededor de 12 años entienden que las enfermedades pueden ser leves o poner en peligro la vida. Suelen entender qué es una parada cardiaca y su gravedad. También suelen entender que la muerte es irreversible y que le ocurre a todo el mundo, incluidos ellos mismos. Suelen interesarse por entender por qué ocurren las cosas. Les gusta hablar y compartir con otros amigos cercanos. Pueden intentar desconectar con los familiares afectados, para no mostrar sus verdaderas emociones. Sus reacciones variarán y pueden incluir apatía, frustración, ira, falta de concentración y tristeza.
Es importante recordar que no hay una forma "correcta" de vivir el duelo ni etapas exactas que todas las personas deban atravesar para "superar" su duelo. Las reacciones de los niños varían en función de su edad, su capacidad intelectual, su relación con la víctima de la parada cardiaca y la respuesta de los demás miembros de la familia, así como de la cultura y la comunidad en la que viven.
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a afrontar el duelo y la pérdida?
El duelo es lo que hacemos ante la pérdida y el dolor. El duelo es la forma en que aceptamos la pérdida de un ser querido. Puede producirse tras una parada cardiaca cuando el superviviente sufre una discapacidad importante, deja de ser quien era o no sobrevive. Es importante que su hijo participe en el duelo, por ejemplo recordando momentos felices juntos, compartiendo historias, celebrando su vida y despidiéndose.
Cuando el cerebro o el cuerpo de un superviviente de una parada cardiaca se ven muy afectados, tienen problemas para hablar, no pueden hablar o recordar cosas, o de repente se ven limitados a una silla de ruedas. En casos así, el duelo puede ser especialmente complejo y confuso. Puede que esté agradecido por su supervivencia, pero también de luto por la persona que una vez fue para usted y su hijo. También puede estar experimentando la pérdida de su independencia si se ha convertido en un padre o madre cosuperviviente que proporciona cuidados a un niño superviviente con discapacidades significativas. Puede ser útil expresar lo importante que era y sigue siendo el superviviente para todos ustedes, y llorar deliberadamente la pérdida. En cierto modo, llorar la muerte de un ser querido puede permitir una transición más completa, en la que se puede celebrar un funeral y una ceremonia para celebrar lo importante que era la persona.
Hablar con un profesional, como un psicólogo, un trabajador social o un capellán, puede ser especialmente útil.
Tanto si su ser querido sobrevivió como si murió, puede encontrar formas de que su hijo conecte con los recuerdos de la persona antes de la detención y demuestre su amor y la importancia de esa persona en su vida. A los niños les puede gustar pintar un cuadro, leer un poema o algo que hayan escrito sobre esa persona, o cantar una canción.
Las familias tendrán diferentes creencias espirituales y prácticas culturales. Cuando se experimenta el duelo y la pérdida, puede ser útil ponerse en contacto con su líder espiritual que puede apoyarle en el duelo, la comprensión de la muerte, y proporcionar consuelo a usted y su hijo.
¿Cómo puedo proteger la salud mental de mi hijo?
-
- Continúa proporcionando al niño amor y cuidados constantes.
- Los bebés y los niños pequeños se sienten seguros y queridos cuando están en estrecho contacto físico, como cuando se les abraza, se les mece o se les canta.
- Intente mantener sus rutinas de vida habituales con tiempo para actividades habituales como jugar, comer, ir al colegio y hacer ejercicio.
- Si tu hijo muestra un comportamiento desafiante (rabietas, regresión), debes tratar de verlo como algo normal y temporal. Está mostrando lo que siente pero no puede decir, y no hay que castigarle por ello.
- Informa a los profesores, amigos íntimos y otros padres de lo ocurrido para que puedan apoyar al niño.
- Tienes que ocuparte de tus propias necesidades para ser el mejor padre posible para tu hijo. Dedíquese tiempo a sí mismo: duerma lo suficiente, coma sano, haga ejercicio, tómese tiempo para relajarse y tenga a alguien a quien acudir en busca de apoyo emocional.
- Tener un plan para evitar prácticas nocivas como el aumento del consumo de alcohol o drogas. Identifique actividades sanas alternativas para emplear cuando se sienta tentado. La salud de tus hijos está relacionada con la tuya.
Repite las conversaciones sobre el suceso y los sentimientos del niño a medida que crezca. A medida que crezcan, entenderán más. Sigue las indicaciones del niño sobre cuándo está preparado para volver a hablar de ello y deja que sea él quien dirija la conversación con sus preguntas. Responda con la mayor sinceridad posible y de la forma más adecuada a su edad. Evite especular y sea sincero sobre lo que sabe y lo que no sabe. Utiliza la información y las estrategias de afrontamiento sugeridas anteriormente, en función de la edad del niño.
Fuentes
Bugge, K.E., Darbyshire, P., Røkholt, E.G., Haugstvedt, K.T.S., & Helseth, S. (2014). El duelo de los niños pequeños: Comprensión y afrontamiento de los padres. Death Studies, 38(1), 36-43. https://doi.org/10.1080/07481187.2012.718037
Edgar-Bailey, M., y Kress, V.E. (2010). Resolución del duelo traumático en niños y adolescentes: Técnicas e intervenciones creativas. Journal of Creativity in Mental Health, 5(2), 158-176. https://doi.org/10.1080/15401383.2010.485090
Flanary K. (2021). El lugar tranquilo. Revista de insuficiencia cardíaca, 27(11), 1300-1301. https://doi.org/10.1016/j.cardfail.2021.10.002
Gracias a nuestros colaboradores
Paulina Schuhler, Lauren Schwarz, Matthew Douma y Kristin Flannery
Agradecemos sus comentarios
Por favor, deje sus comentarios sobre el contenido de este artículo. ¿Le ha resultado útil? ¿Qué cambiaría o qué le gustaría que cambiara?
Vistas: 125