Principales conclusiones

    • Los paramédicos comprueban la capacidad de respuesta, la respiración y el pulso de una persona para determinar si se trata de una parada cardiaca y, si se confirma, inician inmediatamente los procedimientos de emergencia específicos.
    • Las compresiones torácicas de alta calidad son un tratamiento fundamental y el más importante en el tratamiento de la parada cardiaca. La RCP mantiene la circulación sanguínea y la oxigenación del cerebro y los órganos vitales.
    • Los paramédicos llevan un desfibrilador externo automático (DEA) para administrar descargas eléctricas al corazón y restablecer un ritmo cardiaco normal. El DEA administra descargas sólo si procede. 
    • Los paramédicos también pueden administrar determinados medicamentos para ayudar al funcionamiento del corazón y restablecer un ritmo regular. 
    • Tras la reanimación inicial y el tratamiento para estabilizar las constantes vitales, los paramédicos trasladan a la persona al hospital o, si no consiguen que el corazón lata, toman la difícil decisión de poner fin a la reanimación sobre el terreno.
¿Qué hacían los paramédicos y por qué?

Cuando los paramédicos atienden una parada cardiaca, tienen una secuencia de acciones que llevan a cabo para asegurarse de que la persona a la que están asistiendo tiene las máximas posibilidades de sobrevivir. Los procedimientos específicos realizados pueden variar en función de los protocolos locales, los recursos y el estado de la persona. Es posible que vea tanto a bomberos como a paramédicos ayudando en la atención de emergencias. El equipo en el lugar de los hechos trabaja en equipo, colaborando entre sí para proporcionar una atención integral. Esta es una lista de acciones de primeros auxilios que puede haber observado:

    • Los paramédicos evalúan rápidamente la situación para determinar si se trata de una auténtica parada cardiaca y no de otra cosa. Comprueban la capacidad de respuesta, la respiración y el pulso de la persona. Si sospechan o confirman una parada cardiaca, inician inmediatamente los procedimientos de emergencia. Pueden preguntar a la familia o a las personas del entorno si alguien conoce el historial médico de esa persona, alergias, medicamentos, la última vez que consumió alimentos y si alguien presenció el colapso.
    • La reanimación cardiopulmonar (RCP) es un paso fundamental y un tratamiento crítico en el tratamiento de la parada cardiaca. Los paramédicos realizan compresiones torácicas de alta calidad para mantener la circulación sanguínea y la oxigenación. También proporcionan respiraciones de rescate utilizando un dispositivo respiratorio conocido como bolsa-válvula-máscara para suministrar oxígeno a los pulmones del paciente. Para ayudar en la administración de oxígeno, pueden insertar un dispositivo en la boca de la persona para proteger las vías respiratorias de la lengua y ayudar al flujo de aire.
    • Se puede recurrir a la succión si hay exceso de líquidos, vómitos, espuma o sangre en la boca. Utilizarán un dispositivo de succión manual o electrónico para limpiar la boca de cualquier sustancia. El dispositivo es similar al que puede haber utilizado en el dentista. Es posible que tengan que repetirlo varias veces en función de la cantidad de líquido que produzca la persona en parada cardiaca.
      • Los paramédicos llevan un desfibrilador externo automático (DEA) para administrar descargas eléctricas al corazón de forma controlada. Con ello se pretende restablecer un ritmo cardiaco normal, sobre todo cuando el problema radica en los ventrículos (parte del corazón encargada de bombear la sangre al exterior). Las máquinas analizan el ritmo cardiaco del paciente y administran descargas si procede. El DEA suele tener cables adicionales que pueden conectarse al paciente para proporcionar información sobre la calidad de la RCP y la monitorización de las constantes vitales.
      • La tripulación puede disponer de dispositivos de RCP automatizada como LUCAS o Auto-Pulse. Estos dispositivos pueden proporcionar compresiones torácicas automáticas, lo que permite a los paramédicos centrarse en otras tareas vitales. Estos dispositivos son especialmente valiosos cuando los recursos de personal son limitados y es probable que la RCP se prolongue durante mucho tiempo.
      • Los paramédicos pueden administrar determinados medicamentos durante una parada cardiaca para ayudar a mantener el funcionamiento del corazón y restablecer un ritmo regular. Los paramédicos establecen un acceso intravenoso (IV) para administrar medicamentos y líquidos. Esto es similar a la extracción de sangre para análisis en la consulta del médico de atención primaria. En algunos casos, prefieren utilizar otro método llamado acceso intraóseo (IO), que es a través de los huesos. Esto se hace mediante un pequeño taladro que les permite insertar una aguja en el núcleo del hueso. En permite que los medicamentos y líquidos entren en el corazón y la circulación corporal en cuestión de segundos.
      • En algunos casos, los paramédicos pueden tener que asegurar las vías respiratorias del paciente con técnicas avanzadas. Esto puede implicar la intubación endotraqueal, que consiste en insertar un tubo de plástico en el conducto respiratorio de la persona o utilizar una opción inflable para asegurar una vía aérea despejada que ayude a la entrada de oxígeno y a la expulsión de dióxido de carbono. 
      • Los paramédicos controlan continuamente las constantes vitales del paciente, como el ritmo cardiaco, la tensión arterial, los niveles de oxígeno y de dióxido de carbono, para ajustar los tratamientos.

    Tras administrar la reanimación y el tratamiento iniciales para estabilizar las constantes vitales y, lo que es más importante, el ritmo cardiaco, los paramédicos trasladan a la persona al hospital. Durante el traslado al hospital más cercano con experiencia en cuidados avanzados para pacientes con parada cardiaca, los paramédicos realizan una monitorización continua y prosiguen con las intervenciones necesarias. Dependiendo de los protocolos locales, los paramédicos también consultarán con el director médico designado o con el hospital de base para discutir cualquier opción de tratamiento. 

    En algunas circunstancias, incluso tras prolongados esfuerzos por garantizar la estabilidad o el ritmo cardíaco, pueden tomar la dura decisión de poner fin a la reanimación sobre el terreno. Esto ocurre cuando se han agotado todas las intervenciones y tratamientos, y el desenlace lo determina la naturaleza.  

    En cualquier escenario, tanto si ha sucedido en casa como en público, la familia y los reanimadores legos que presencian una parada cardiaca experimentan un trauma grave propio. Este acontecimiento inesperado puede causar incertidumbre sobre lo ocurrido y cómo procesarlo. En Heartsight, creemos que las respuestas a sus preguntas que puedan reducir parte de esta incertidumbre deben estar a su disposición tan pronto como esté preparado para recibirlas. Esperamos que, en un futuro próximo, los paramédicos lleven enlaces a estos recursos junto con sus medicamentos y dispositivos. Los recursos Heartsight están diseñados para ayudar a cualquier persona afectada por esta experiencia traumática que altera la vida. 

    Gracias a nuestros colaboradores

    Paul Snobelen y Sachin Agarwal

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