Principales conclusiones

    • Actuar fuera de servicio NO es lo mismo que estar de servicio.

    • Es habitual experimentar las emociones de forma diferente cuando se actúa fuera de servicio.

    • Es crucial reconocer y apoyar a los primeros intervinientes con los recursos necesarios para hacer frente a las exigencias de sus actos desinteresados.

¿Qué ocurre cuando los primeros intervinientes fuera de servicio prestan asistencia?

Al responder a una parada cardiaca, la experiencia de los primeros intervinientes puede variar significativamente en función de si están de servicio o fuera de servicio. Cuando está de servicio, tiene acceso a todo el equipo, los recursos y el apoyo de su equipo. Mientras que fuera de servicio, puede encontrarse mal preparado, carecer de las herramientas adecuadas, enfrentarse a la carga emocional de actuar solo y, a menudo, asistir a un ser querido o a alguien conocido. También puede decirse que existe una expectativa no escrita por parte de las personas cercanas a usted de que puede y debe actuar para salvar una vida sin problemas y que estará en mejores condiciones de procesarlo eficazmente.

Los primeros intervinientes como usted, ya sea paramédico, socorrista, bombero o policía, reciben una amplia formación, perfeccionan sus habilidades y adquieren una valiosa experiencia de sus compañeros. Está acostumbrado a trabajar en equipo, junto a la tecnología y los equipos de monitorización, compresiones y gestión de las vías respiratorias, lo que garantiza una respuesta eficaz y bien coordinada. Esta sensación de preparación y el apoyo de sus compañeros de equipo pueden darle la confianza necesaria para afrontar situaciones difíciles con un mayor nivel de preparación cognitiva.

Como primer interviniente fuera de servicio, no se encuentra en la misma posición ventajosa, ya que trabaja con conocimientos y recursos limitados. Es posible que su formación, aunque fundamental y especializada, no le prepare adecuadamente para las complejidades de atender una parada cardiaca sin la ayuda de un equipo y las herramientas adecuadas. El concepto de RCP es sencillo: realizar compresiones torácicas, lo que en teoría es fácil de seguir para un socorrista experimentado. Sin embargo, lo que falta es la validación continua en forma de retroalimentación de la información. Como socorrista fuera de servicio, es posible que sepa lo que el paciente en parada cardiaca necesita para sobrevivir, pero que no tenga acceso a las herramientas necesarias, por ejemplo, un desfibrilador para administrar descargas. El conocimiento de lo que potencialmente está ocurriendo, pero no poder corregirlo, puede causar una profunda sensación de daño moral. 

Lo que hace que actuar para salvar una vida sea diferente para los primeros intervinientes fuera de servicio en comparación con el público en general es la idea de la visión de túnel. Un socorrista tiene experiencia y es menos probable que tenga visión de túnel, y a usted puede molestarle todo lo que "no está sucediendo" para el paciente en parada cardiaca, incluso cuestionar sus propias acciones porque no tiene la validación de su equipo o de la tecnología. Es probable que su formación haya hecho poco hincapié en la realidad de actuar sin estar preparado y sin el equipo esencial en una situación de vida o muerte. Como resultado, es posible que se sienta abrumado por dudas e incertidumbres cuando intente salvar una vida fuera de servicio.

Otro reto al que se enfrenta un socorrista fuera de servicio es la falta de acceso a toda su gama de equipos y recursos. Sin tecnología ni otras herramientas especializadas, su capacidad para prestar el mismo nivel de atención que cuando está de servicio se ve comprometida. La frustración de no poder prestar una ayuda óptima puede ser descorazonadora y se suma a la carga que puede llevar en esos momentos de actuar para salvar una vida. A veces, incluso cuando se está de servicio y el equipo falla, se siente cierta frustración. 

El desgaste emocional de un socorrista fuera de servicio puede ser inmenso y a menudo no se habla de ello entre los socorristas. Responder a una parada cardiaca sin el apoyo de sus colegas le hace sentirse aislado y a veces abrumado. En los casos en que se trata de un amigo o un ser querido, a menudo se le percibe como el pilar de fortaleza porque "lo ve todos los días", lo que no le permite expresar sus emociones o sentimientos. Puedes experimentar un estrés y un trauma intensos, especialmente si tus esfuerzos no tienen éxito. Ser testigo de cómo se le escapa una vida en tales circunstancias provoca sentimientos de impotencia y tristeza, que afectan a su bienestar mental y a su capacidad de recuperación como a cualquier otra persona. A menudo se anima a los primeros intervinientes a desarrollar mecanismos de afrontamiento para el estrés laboral, pero nunca para las situaciones fuera de servicio.

Aunque a un socorrista fuera de servicio le mueve una fuerte obligación moral de ayudar a los demás, también debe tener en cuenta su seguridad personal cuando responda a emergencias estando fuera de servicio. Actuar sin respaldo o apoyo le expone a un peligro potencial, arriesgando su propio bienestar. Lograr un delicado equilibrio entre su deber de salvar vidas y garantizar su propia seguridad puede crear confusión interna y estrés. Además de la seguridad, la exposición indirecta de no poder ayudar cuando se tienen los conocimientos y habilidades para hacerlo puede ser un reto emocional.

Primera respuesta: "Estaba de viaje y vi cómo apuñalaban a dos personas. Cuando pude acercarme para ayudar a las víctimas, la zona ya había sido acordonada. Vi cómo luchaban los paramédicos y supe que podía ayudar, vi lo que ellos no hicieron, supe lo que se perdieron, pero lo único que pude hacer fue mirar. Me sentí conectada porque lo vi pasar y me sentí inútil porque no había nada que pudiera hacer. No sé por qué me molesta tanto...".

También es importante reconocer que para un primer interviniente, actuar de buena fe es una decisión consciente porque sabe lo que ocurre entre bastidores, después de la llamada, y los elementos legales. Al actuar para salvar una vida en un entorno público, tras un incidente en el que se ha producido una actividad delictiva, o tras un accidente de tráfico en el que se pueden presentar cargos, un socorrista sabe que puede ser llamado como testigo o testificar a favor o en nombre de alguien, y se le exige su nivel profesional cuando actúa desinteresadamente fuera de servicio. 

Tenemos que reconocer que actuar fuera de servicio es a veces uno de los aspectos más complicados de ser un primer interviniente, y en esos momentos críticos, es normal cuestionarse a uno mismo: "¿Me alejo y no hago nada o acepto todo lo que sé y actúo sin los recursos para cambiar potencialmente un resultado?".

Intervenir para ayudar en situaciones de emergencia mientras se está fuera de servicio puede desdibujar los límites entre la vida profesional y personal de un socorrista. Manejar estas emociones y mantener una sensación de normalidad en sus relaciones personales también puede suponer un reto.

La diferencia entre responder a emergencias potencialmente mortales, como una parada cardiaca, cuando se está de servicio y cuando no se está de servicio pone de manifiesto los retos específicos a los que se enfrenta un socorrista. La falta de equipos, recursos y apoyo, combinada con la carga emocional, puede tener un profundo impacto en su bienestar. A pesar de estas dificultades, muchos primeros intervinientes fuera de servicio siguen respondiendo a la llamada del deber por un profundo sentido de la responsabilidad y la compasión. Como sociedad, queremos reconocer que tanto si usted está luchando porque actuó para salvar una vida fuera de servicio como si decide no actuar, le vemos y comprendemos la carga que ello supone.

Gracias a nuestros colaboradores

Paul Snobelen y Curt Mahoney

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