Principales conclusiones

    • Es normal (y esperable) experimentar nuevos problemas físicos, emocionales y cognitivos tras una parada cardiaca.
    • Es posible que experimente fatiga al volver a casa, sobre todo después de reincorporarse al trabajo. Suele mejorar al cabo de unos meses.
    • Puede desarrollar sentimientos de ansiedad, tristeza o TEPT. Un profesional de la salud mental puede ayudarte a manejar estas emociones.
    • Es posible que se sienta abrumado al realizar las tareas de la vida cotidiana. Organizarlas en listas de tareas puede ser útil y aliviar parte de la ansiedad asociada.
Has sobrevivido a una parada cardiaca... ¿Y ahora qué?

Uno de los mayores retos tras sobrevivir a una parada cardiaca es no saber qué esperar tras abandonar el hospital. Los supervivientes han informado de múltiples síntomas que pueden aparecer como resultado de esta experiencia. Tenga en cuenta que esto no significa que vaya a experimentar todos los síntomas que aquí se enumeran. Esperamos que esta información le ayude en los días en que se sienta inseguro porque ha surgido un nuevo síntoma o reto.

Cuestiones físicas

Es posible que se sienta fatigado al salir del hospital y probablemente necesite ayuda para realizar las tareas que solía hacer por sí mismo (ducharse, hacer tareas domésticas, cuidar de mascotas y niños, subir escaleras, etc.). Es posible que tenga debilidad muscular, dolor a causa de procedimientos o compresiones torácicas, o un uso limitado de una o más de sus extremidades. Es posible que le hayan evaluado terapeutas de rehabilitación en el hospital y le hayan prescrito un programa de rehabilitación, que deberá seguir según las instrucciones. 

La vuelta a casa es el primer paso hacia la recuperación y puede ser un momento muy desalentador y difícil en su vida y en la de su familiar más cercano. Es de esperar. La energía y las limitaciones físicas de la mayoría de los supervivientes mejoran en unos meses. 

Una vez que vuelva al trabajo, es posible que se sienta más fatigado de lo habitual. Le recomendamos que se lo tome con calma al principio. Escuche a su cuerpo y descanse cuando lo crea necesario; su cerebro, su mente y su cuerpo aún se están recuperando de la parada cardiaca y pueden tardar varios meses en hacerlo.

Cuestiones emocionales

La parada cardiaca puede crear, y muy probablemente creará, algunos problemas emocionales y nuevas necesidades afectivas. Acaba de pasar por una experiencia traumática y emocionalmente agotadora de la que muy pocas personas viven para hablar (recuerde que sólo sobrevive el 11% de los casos, y usted forma parte de ese reducido grupo). 

Es posible que desarrolle algunos sentimientos de ansiedad, miedo y tristeza que pueden ser nuevos para usted y extremadamente difíciles de procesar y comprender. Sepa esto: ¡es muy normal sentirse así! Los estudios han demostrado que un número significativo de supervivientes experimentará uno o varios de estos síntomas en algún momento de su recuperación. Sí, son de esperar. Puede que los experimente justo después de volver a casa, o incluso varios meses después, una vez que se reincorpore a su rutina diaria. 

Las situaciones inesperadas pueden desencadenar síntomas de trastorno de estrés postraumático (TEPT), incluidos estos sentimientos negativos y pensamientos intrusivos, especialmente si forma parte de un grupo que recuerda los acontecimientos ocurridos durante su parada cardiaca. Hablar con un profesional de la salud mental o un terapeuta puede ayudarle a navegar por estos sentimientos cambiantes a lo largo de su proceso de recuperación y proporcionarle las herramientas necesarias para gestionarlos y seguir adelante.

Cuestiones cognitivas

Tras una parada cardiaca, es posible que experimente algunos problemas de memoria, sobre todo durante los primeros días o meses posteriores al suceso. Algunas personas dicen recordar lo ocurrido durante la parada cardiaca (que en sí misma puede ser muy traumática), pero no recuerdan su estancia en el hospital. Otras dicen tener problemas de memoria a corto plazo que suelen mejorar al cabo de unos meses o un año (aunque algunas personas pueden tardar más). 

Es posible que experimente otros problemas, como dificultad para encontrar las palabras que quiere decir o lentitud de pensamiento, lo que puede ser muy frustrante, sobre todo si han pasado varios meses desde su parada cardiaca. De nuevo, todo esto es muy normal y esperable. El cerebro aún se está recuperando y necesita tiempo y descanso. Los especialistas en rehabilitación, como los terapeutas ocupacionales o los logopedas, pueden ser útiles para proporcionarle estrategias que le permitan superar las dificultades de comunicación y pensamiento. Hable con su equipo médico para que le recomienden una evaluación y tratamiento.

Dolor torácico

Muchos supervivientes de paradas cardiacas experimentan dolor torácico después de abandonar el hospital, probablemente debido a las compresiones torácicas que les aplicaron para reactivar el corazón. Esto es completamente normal y debería mejorar en varias semanas. También debe informar a su equipo médico si el dolor torácico es intenso, para que puedan recetarle analgésicos que le ayuden a controlar el dolor una vez que esté en casa. Recuerde que no es el momento de "hacer fuerza"; su cuerpo necesita curarse y ayudarle a aliviar el dolor es primordial para su recuperación.

Sentirse abrumado con facilidad

Las tareas y actividades que antes no eran gran cosa pueden parecer más difíciles y estresantes. Puede tratarse de proyectos o tareas asignadas en el trabajo, actividades cotidianas normales como hacer la compra, realizar tareas domésticas, etc., o incluso cosas como planificar viajes o salidas sociales. Reconocer y aceptar que esto es normal es un buen primer paso. Organizar las tareas en listas puede ser útil. Si cree que no puede completar una tarea o no se siente con fuerzas para ello, aparcarla en una lista y saber que no se olvidará, sino que puede completarse más tarde, puede ayudar. Si es posible, ser sincero con la familia y/o la pareja y pedirles ayuda con determinadas tareas puede aliviar parte del estrés.

Gracias a nuestros colaboradores

Samantha Fernández y Katrysha Gellis

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