Principales conclusiones
- Tras la parada cardiaca de un niño o un adolescente, el camino a seguir es complejo, duro y profundamente personal.
- La terapia familiar de grupo y el asesoramiento ofrecen beneficios inestimables al crear una red de apoyo, fomentar la comunicación abierta, enseñar estrategias de afrontamiento, proporcionar un espacio seguro para niños y adolescentes y reforzar la resiliencia y la esperanza dentro de las familias.
- Al unirse en una experiencia compartida de duelo y curación, las familias pueden superar este desgarrador acontecimiento con mayor comprensión y apoyo.
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¿Necesitamos asesoramiento como familia?
La parada cardiaca es una experiencia devastadora, que deja a cada miembro de la familia con necesidades diferentes y luchando por sobreponerse a su manera. La terapia familiar de grupo y el asesoramiento son opciones para atravesar esta transición y empezar a procesar lo ocurrido.
La opinión de un padre: "Tuve cuatro hijos. Mi tercer hijo sólo tenía 16 años cuando sufrió una parada cardiaca en su entrenamiento de voleibol y murió. Tras su muerte, nuestra familia quedó completamente desolada. Todos necesitábamos ayuda, pero no sabíamos qué hacer ni dónde encontrarla. Comprendíamos la magnitud y sentíamos el peso de las luchas a las que cada uno de nosotros se enfrentaba, pero las afrontábamos de forma muy diferente. Cuando miro atrás, lamento que hubiera tan pocas oportunidades de asesoramiento. Me pregunto si las cosas habrían sido diferentes si se hubieran ofrecido recursos. En los años transcurridos desde entonces, hemos accedido a diferentes formas de terapia, que han sido enormemente útiles."
¿Cómo encontrar ayuda?
Una parada cardiaca puede dejar a las familias destrozadas y luchando por salir adelante. Tanto si el niño vive como si muere, se producen importantes cambios en la vida de todos los implicados. Es posible que los hermanos tengan que someterse a pruebas de detección cardiaca al tiempo que se sienten profundamente afectados por lo ocurrido a su hermano/hermana. Los padres pueden estar luchando por satisfacer los deseos y necesidades de cada uno y de sus hijos con tantos otros cambios. Tras un acontecimiento o una pérdida tan profundos, la carga emocional es compleja. Aunque la terapia individual puede proporcionar un apoyo esencial, la terapia y el asesoramiento familiar en grupo pueden ofrecer beneficios únicos. Además, dado que las personas afrontan de forma muy diferente un acontecimiento traumático, es muy importante recordar que lo que funciona para uno no funciona para todos. Por lo tanto, encontrar al consejero o terapeuta adecuado es de vital importancia.
Crear una red de apoyo
Una de las ventajas de la terapia familiar de grupo es la creación de una red de apoyo formada por otras personas que comparten experiencias similares. Perder a un hijo o que uno sobreviva a una parada cardiaca es una experiencia muy específica y aislante, y estar en un grupo con otras familias que han pasado por tragedias similares puede proporcionar un sentimiento de pertenencia y comprensión difícil de encontrar en otros lugares. Esta comprensión compartida puede ayudar a aliviar los sentimientos de aislamiento y validar las complejas emociones que cada miembro de la familia puede estar experimentando.
Fomentar la comunicación abierta
La terapia familiar de grupo crea un espacio en el que se fomenta y facilita la comunicación abierta. Los familiares en duelo a menudo tienen dificultades para expresar sus emociones, especialmente cuando intentan proteger a otros miembros de la familia del dolor adicional. En un entorno de grupo, puede sentirse más cómodo compartiendo sus pensamientos y sentimientos, sabiendo que otros miembros del grupo están experimentando emociones similares. Esta comunicación abierta puede fomentar una comprensión más profunda del dolor de los demás y fortalecer los lazos familiares a medida que cada uno recorre su propio camino de afrontamiento y duelo. A los niños y adolescentes puede resultarles difícil procesar sus preguntas o su dolor tras la parada cardiaca de un hermano o compañero. La terapia familiar de grupo ofrece un entorno seguro en el que los jóvenes pueden expresarse libremente y conectar con otras personas que están pasando por experiencias similares. Esto puede ayudar a normalizar sus sentimientos y reducir los sentimientos de alienación o confusión.
Aprender estrategias de afrontamiento
Superar el estrés, el duelo y la pérdida requiere aprender estrategias de afrontamiento eficaces, y la terapia familiar de grupo proporciona una plataforma para compartir y aprender estas técnicas. Dentro del grupo, las familias pueden intercambiar consejos prácticos, aprender habilidades de comunicación y técnicas de regulación emocional, y compartir mecanismos de afrontamiento que les han funcionado. Los profesionales que dirigen las sesiones también pueden orientar sobre procesos de duelo saludables, lo que puede ser especialmente beneficioso para niños y adolescentes que pueden tener dificultades para expresar claramente sus emociones.
Abordar las estrategias negativas de afrontamiento
El duelo puede poner a uno en riesgo de mecanismos de afrontamiento poco saludables, como el consumo excesivo de alcohol, el abuso de sustancias u otros comportamientos adictivos. Estos comportamientos pueden proporcionar un adormecimiento temporal o un escape de las emociones abrumadoras, pero en última instancia pueden exacerbar el proceso de duelo y conducir a consecuencias negativas a largo plazo. Al abordar los posibles mecanismos negativos de afrontamiento desde el principio, los terapeutas pueden ayudar a las familias a reconocer las señales de advertencia y redirigir su atención hacia formas más sanas de procesar el duelo.
Apoyo a los miembros vulnerables
Los niños y adolescentes pueden ser vulnerables a estrategias de afrontamiento negativas si no se sienten apoyados o comprendidos en su duelo. Es importante proporcionar un espacio seguro para los miembros más jóvenes de la familia, donde todos los implicados se sientan apoyados y bienvenidos para expresar sus emociones y recibir orientación sobre formas constructivas de afrontar la situación. Este enfoque proactivo reduce la probabilidad de que recurran a comportamientos perjudiciales en busca de consuelo. La terapia de grupo fomenta el diálogo abierto sobre los retos del duelo, reduciendo la sensación de aislamiento que puede llevar a las personas a automedicarse.
Reforzar la resiliencia y la esperanza
Aunque es posible que el dolor de perder a un niño o adolescente por un paro cardiaco nunca desaparezca del todo, o si el niño sobrevive y sufre cambios importantes en su vida, la terapia familiar de grupo puede ayudar a las familias a encontrar de nuevo el sentido y el propósito de sus vidas. Al ser testigos de los viajes de curación y resiliencia de los demás dentro del grupo, las familias pueden empezar a vislumbrar un futuro en el que la alegría y la esperanza vuelvan a ser posibles. Esta resiliencia colectiva puede inspirar y motivar a cada miembro de la familia a seguir adelante, incluso en los días más oscuros.
Gracias a nuestros colaboradores
Kim Ruether y Katherine Allen
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