Principales conclusiones

    • Su hijo tendrá muchos miembros del equipo asistencial, procedimientos, tratamientos y unidades/pisos con distintos niveles de atención durante su estancia en el hospital tras una parada cardiaca. 
    • El equipo asistencial individualizará el tratamiento y los planes de recuperación para su hijo.
    • Se le invita a participar en los planes de cuidados diarios, las decisiones y los objetivos sobre el cuidado de su hijo.
¿Qué esperar durante la hospitalización tras una parada cardiaca?

Los tratamientos y cursos clínicos en el hospital son diferentes para cada niño y cada familia tras una parada cardiaca. El tiempo pasado en la unidad de cuidados intensivos (UCI) y en las unidades o plantas de hospitalización puede durar de días a semanas. Es posible que su hijo haya recibido procedimientos en la UCI o justo antes del alta y que usted, el padre o tutor, se haya enterado de nuevas afecciones médicas o del empeoramiento de otras anteriores. Este artículo es una visión general de los cuidados hospitalarios tras una parada cardiaca.

El tipo de cuidados que puede esperar un niño superviviente tras una parada cardiaca puede variar mucho en función de dónde se haya producido y del tipo de tratamiento y apoyo que necesite.

Parada cardiaca extrahospitalaria (PCEH)

Si su hijo sufrió una parada cardiaca fuera del hospital, debe haber sido trasladado al servicio de urgencias de un hospital por los servicios médicos de urgencias después de haber recibido atención inmediata. 

En urgencias, para ayudar a su hijo a respirar, es posible que le hayan colocado un tubo respiratorio. Se le han colocado catéteres intravenosos en las venas y se le han administrado medicamentos a través de ellos para ayudar al corazón y a la tensión arterial. Es posible que se le hayan realizado análisis de laboratorio y pruebas de imagen (por ejemplo, radiografías, tomografías computarizadas/TAC/TAC o ecografías) para conocer su corazón y su cerebro. Es posible que su hijo también haya recibido tratamiento de enfriamiento (también conocido como manejo dirigido de la temperatura, hipotermia terapéutica o código frío), un tratamiento para enfriar el cuerpo y ayudar al corazón y al cerebro a recuperarse. También puede haber recibido medicación para mantenerse cómodo.

Otro de los tratamientos de urgencia es el cateterismo cardiaco o angiografía del corazón, en el que se inyecta un colorante para ver si hay una obstrucción de una o varias de las arterias que suministran sangre al corazón, lo que podría haber causado la parada cardiaca. Estas obstrucciones pueden abrirse mediante un procedimiento, si es necesario. A partir de aquí, dependiendo de los medicamentos y otros tratamientos que necesite su hijo, se le ingresa en la UCI o en otra unidad hospitalaria.

Parada cardiaca intrahospitalaria (PCSI)

Si su hijo sufrió una parada cardiaca en el hospital, por ejemplo durante una intervención quirúrgica, un procedimiento cardiaco o una hospitalización por otro motivo (por ejemplo, neumonía, sepsis, embarazo), es muy probable que lo trasladaran a la UCI en cuanto su corazón volviera a latir. Al igual que los niños que sufren una parada cardiaca fuera del hospital, su hijo puede haber necesitado varios tubos, vías y procedimientos.

Unidad de cuidados intensivos (UCI)

A la mayoría de los niños ingresados en la UCI tras una parada cardiaca, aunque no a todos, se les coloca un tubo respiratorio en la garganta y necesitan el apoyo de un respirador (ventilador). Además, es probable que a su hijo se le administren medicamentos para mantenerlo somnoliento (sedación) y cómodo (analgésicos). Es probable que le coloquen una sonda (Foley) en la vejiga para ayudarle a orinar y para que el equipo pueda controlar la cantidad de líquido que ingiere y la que expulsa. Su hijo también tendrá varias vías intravenosas, utilizadas para los medicamentos.

Habrá muchos monitores y alarmas que el superviviente oirá y que alertarán a su equipo asistencial de cualquier cambio en la frecuencia cardiaca, el ritmo cardiaco, la tensión arterial, los niveles de oxígeno, etc. El equipo asistencial de su hijo vigilará de cerca las funciones de sus órganos e intervendrá en caso necesario.

Su hijo no podrá comer con normalidad si lleva un tubo respiratorio. Los alimentos o la nutrición pueden administrarse a través de una sonda que se introduce por la boca y termina en el estómago o el intestino delgado. Una vez retirado el tubo respiratorio, las opciones dietéticas pasarán de los líquidos claros a los alimentos sólidos, siempre que no haya problemas con la capacidad del niño para tragar.

Algunos niños están muy enfermos y acaban necesitando que se les coloque otro tubo respiratorio a través de un orificio en la parte delantera del cuello. Esto se denomina traqueostomía y es una intervención quirúrgica. Este tipo de tubo respiratorio se utiliza para evitar daños a largo plazo en la laringe y la tráquea del niño superviviente, que pueden producirse cuando llevan un tubo respiratorio durante mucho tiempo. Esta sonda de traqueostomía colocada a través del orificio del cuello puede retirarse con el tiempo. Asimismo, algunos niños necesitan una sonda de alimentación para nutrirse a largo plazo. En este caso, la sonda de alimentación se coloca a través de un pequeño orificio en el vientre para que la sonda llegue hasta el estómago o el intestino delgado. Así se evita tener sondas en la nariz o la boca a largo plazo, que pueden causar otras complicaciones.

En la UCI, el paciente no se mueve mucho. Sus músculos pueden debilitarse o agarrotarse muy rápidamente. El equipo asistencial puede reducir el riesgo de debilidad o rigidez ayudando al paciente a moverse antes y con más frecuencia, aunque esté encamado con un respirador artificial.

El equipo asistencial de su hijo trabajará conjuntamente para determinar cuándo está preparado para retirar el tubo respiratorio de forma segura. Esto dependerá de muchos factores. A veces el paciente puede desarrollar una infección pulmonar (neumonía) tras varios días con el respirador. Esto se trata con antibióticos y puede prolongar la necesidad del tubo de respiración. 

Algunas personas también requieren diálisis o "apoyo" renal durante la estancia en la UCI. El equipo médico determinará si esto es necesario.

A muchos niños en coma tras una parada cardiaca se les realiza una monitorización cerebral continua, conocida como electroencefalograma (EEG). Esta tecnología ayuda al equipo médico a determinar si el superviviente está sufriendo convulsiones o si hay indicios de actividad cerebral normal. 

A lo largo de los primeros días del niño en la UCI, su equipo de cuidados buscará el motivo por el que se produjo la parada cardiaca y cómo evitar que vuelva a ocurrir.

¿Qué son las constantes vitales?

Las constantes vitales son mediciones importantes que indican al equipo médico cómo se encuentra su hijo. En pediatría, estas cifras pueden tener un significado diferente al de los adultos, y el equipo médico puede tener rangos específicos en función de las necesidades del paciente. 

La frecuencia cardiaca es el ritmo de los latidos del corazón, y tiene un amplio rango para niños de todas las edades. En los niños sanos, la frecuencia cardiaca puede oscilar entre 80 y 160 latidos por minuto (LPM) en los lactantes, entre 80 y 130 LPM en los niños pequeños, entre 70 y 110 LPM en los niños en edad escolar y entre 60 y 100 LPM en los adolescentes. 

La frecuencia respiratoria es el número de respiraciones que el paciente realiza por minuto. Una vez más, los niños tendrán un amplio rango de normalidad, pero para los niños sanos, los bebés deben tener una frecuencia de 30-60 respiraciones por minuto (lpm) los niños pequeños deben tener una frecuencia respiratoria de 24-40 lpm, los niños en edad escolar deben tener una frecuencia respiratoria de 18-30 lpm, y los adolescentes deben tener una frecuencia respiratoria de 12-16 lpm. 

En un estado de recuperación tras una parada cardiaca, la principal preocupación en lo que respecta a la tensión arterial es tener la tensión baja, o hipotensión. Esto puede variar mucho en función de la edad del niño, así que pregunte a un miembro del equipo cuál es el intervalo normal teniendo en cuenta las circunstancias de su hijo. 

Por último, la saturación de oxígeno, o pulso-oxígeno, es la medida de la cantidad de oxígeno que hay en los pulmones del paciente. Una buena cifra para los pacientes sanos es >94%, pero si ha habido daños respiratorios a causa de la parada cardiaca, es de esperar que esta cifra sea inferior. Además, si su hijo padece una cardiopatía en la que se mezclan sangre con oxígeno y sangre sin oxígeno, esta cifra puede ser inferior.

¿Es posible no despertarse tras una parada cardiaca?

Muy pocos niños llegan a despertarse tras una parada cardiaca, pero es posible. Se pueden utilizar pruebas especializadas para determinar una estimación de si un niño despertará. Ninguna prueba es perfecta ni absoluta. A veces los niños despiertan en un par de días, a veces en un par de semanas y a veces no despiertan. A veces es necesario discutir cuánto tiempo esperar o cuándo retirar los cuidados.

Reductor

Normalmente, los niños son trasladados de la UCI a una unidad de cuidados intensivos si siguen necesitando cuidados de enfermería especializados. Las unidades de cuidados intensivos se consideran unidades intermedias entre la UCI y las unidades médicas generales ("de planta"). Aquí, la mayoría de los niños han mejorado lo suficiente como para no necesitar tubos de respiración ni otras terapias médicas avanzadas, pero siguen necesitando controles frecuentes de sus constantes vitales (frecuencia cardiaca, tensión arterial, etc.) y de su estado neurológico, aunque los criterios pueden variar de un hospital a otro.

Unidad médica general ("planta")

Una sala o unidad médica o quirúrgica general tiene muchos más pacientes que miembros del equipo de atención médica. Esto significa que aquí los niños han mejorado lo suficiente como para hacer más cosas por sí mismos y requieren menos vigilancia. Los criterios para ser trasladado a una planta general pueden variar.

Familiares o visitantes en el hospital

La política de visitas varía mucho de un hospital a otro. En la mayoría de los hospitales, los pacientes pediátricos pueden contar con la presencia de un familiar las 24 horas del día, los 7 días de la semana, como apoyo. Las familias son esenciales para apoyar la recuperación y ayudar a cuidar a las personas hospitalizadas. Sin embargo, tener demasiadas visitas puede tener sus inconvenientes y puede haber limitaciones establecidas por el hospital. Puede resultar abrumador tener visitas frecuentes en el hospital, ya que el cerebro y el cuerpo del niño pueden necesitar descanso tras los procedimientos, terapias y tiempo de calidad con su familia más cercana. A veces es necesario limitar quién viene, con qué frecuencia y a qué hora del día. El equipo asistencial puede ayudar a determinar cuándo el niño necesita descansar y cuándo puede estar disponible para recibir visitas.

Apoyo a los defensores de la familia y la salud

El apoyo formal a la familia y a los defensores de la salud puede parecer escaso durante la estancia del niño en el hospital y después. El equipo asistencial, incluidos los trabajadores sociales y los capellanes, pueden proporcionar apoyo y deben ofrecer orientación o expectativas para el niño. Sin embargo, el equipo asistencial se centrará en última instancia en el paciente. Se está trabajando más para abordar la necesidad de apoyo familiar en el hospital mientras el niño está muy enfermo. Algunos hospitales pueden poner en contacto a los niños supervivientes y a sus familiares con otros niños o familias que hayan pasado por experiencias similares. Por el momento, no todos los hospitales disponen de este servicio, pero la iniciativa Heartsight está intentando colmar esta laguna.

Gracias a nuestros colaboradores

Paulina Schuhler, Kelly Sawyer y Samantha Fernández 

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