Principales conclusiones
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- Conozca las señales que le indican cuándo debe acudir a un profesional de la salud mental.
- Entre los diversos tratamientos y terapias disponibles, su terapeuta le ayudará a determinar lo que necesita y a crear un plan personalizado.
- Si un terapeuta no te convence, puedes probar con otro.
- En algunos casos puede ser útil consultar a un neuropsicólogo para separar los síntomas psicológicos de los problemas cognitivos.
¿Cuándo hablar con un terapeuta profesional?
Sobrevivir a una parada cardiaca puede provocar un amplio abanico de emociones, reacciones y reflexiones. Algunas de ellas aparecerán poco después de la parada, mientras que otras lo harán un poco más tarde. A veces resurgen después de que haya vuelto a sus actividades normales, o tras una crisis diferente o la pérdida de un ser querido, o un cambio en su estado de salud después de un periodo de estabilidad. ¿Cómo saber si se trata de una reacción normal y cuándo hay que buscar ayuda profesional?
Señales de que deberías hablar con un profesional
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- Te sientes muy ansioso o deprimido, y eso interfiere en tu vida.
- Tiene dificultades para concentrarse en cualquier otra cosa más allá de la parada cardiaca después de que haya pasado algún tiempo.
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- Tiene dificultades para relacionarse con familiares o seres queridos y se siente molesto porque no parecen comprenderle.
- No le interesan las actividades que antes le gustaban.
- Siente miedo de salir de casa, participar en actividades sociales o ir al trabajo o al colegio.
- Su sueño está muy alterado.
- Tienes pensamientos de hacerte daño o sientes que estarías mejor muerto.
- Su frecuencia y cantidad de consumo de alcohol, tabaco u otras sustancias ha aumentado significativamente.
- Las dificultades han persistido durante más de unas semanas.
- Quieres una persona objetiva con la que hablar o que te ayude a procesar lo ocurrido.
Gestión del estrés
El estrés puede empeorar las afecciones cardiacas. Algunos factores estresantes, como el tráfico intenso, están fuera de nuestro control. Pero sí podemos controlar cómo respondemos o nos enfrentamos a ellos. No puedes controlar lo que ocurre, pero puedes controlar cómo reaccionas ante lo que ocurre.
Algunos consejos generales para controlar el estrés:
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- Practica la respiración profunda y/o la meditación autoguiada.
- Limitar el tiempo dedicado a las noticias y a las redes sociales.
- Evite el alcohol, el tabaco y otras sustancias.
- Reserve tiempo a lo largo del día para relajarse con la familia y los amigos.
- Habla con alguien de confianza.
- Póngase en contacto con una organización comunitaria o religiosa.
En algunos casos, puede necesitar un consejero o psicoterapeuta.
Considerarán distintos tratamientos y tipos de terapia. Muchas personas se benefician de la terapia cognitivo-conductual (TCC) para controlar la depresión, la ansiedad o los síntomas de estrés postraumático. Algunos enfoques de la TCC se basan en la atención plena, un tipo de meditación que ha demostrado ser muy útil para muchas personas. Algunas personas con síntomas traumáticos pueden beneficiarse de la terapia de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR). Esta terapia es un poco más especializada y puede requerir cierta búsqueda.
Si los problemas familiares son una preocupación importante, algunos supervivientes y sus familiares cercanos acuden juntos a las sesiones de terapia. Algunas personas pueden beneficiarse de medicamentos que les ayuden con la ansiedad, la depresión o el sueño. Un buen terapeuta ayudará a determinar qué se necesita. Si su primer terapeuta no le parece una buena conexión después de 2-3 sesiones, hable con él al respecto. Puede que sea un terapeuta excelente, pero no el adecuado para ti. Tu elección y la disponibilidad de un terapeuta también pueden depender de la cobertura del seguro y del coste del autopago. Si conoces las opciones que existen, también podrías ayudar a tu consejero o psicoterapeuta a crear un plan de tratamiento personalizado.
Otros síntomas aparentemente no relacionados que pueden estar relacionados
Algunas personas pueden verse incapaces de concentrarse o de hacer cosas que podían hacer antes de la parada cardiaca. Otras pueden mostrarse impulsivas o reaccionar con rapidez, a menudo de forma exagerada. A veces estas reacciones pueden ser consecuencia de la depresión o la ansiedad, como se ha mencionado anteriormente, pero en ocasiones están relacionadas con problemas derivados de la falta de oxígeno en el cerebro durante la parada cardiaca. En esos casos de incertidumbre, puede ser útil acudir a un neuropsicólogo para que realice pruebas. Pueden darle varias tareas y ver cómo se desenvuelve. Pueden decir qué está pasando y ayudar a remitirle al profesional adecuado.
Fuentes
Entrenador de TEPT: PTSD Coach | VA Mobile
Encuentre un terapeuta: Psychology Today: Salud, Ayuda, Felicidad + Encuentra un Terapeuta
Gracias a nuestros colaboradores
Fran Lesicko y Jasmine Wylie
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