Principales conclusiones
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- Sea sincero con su hijo. Dígale lo que sabe y lo que no sabe.
- No tengas miedo de mostrar a tu hijo que estás triste y que expresar la tristeza llorando es normal y natural.
- Asegúrate de que tu hijo sabe que no tiene la culpa.
- Dedica tiempo a cuidar de tu hijo (jugar, cantar, abrazarle, leerle libros).
- Repite estas conversaciones a medida que el niño crezca y comprenda mejor. Deja que el niño dirija estas conversaciones con sus preguntas.
¿Qué les digo a nuestros hijos?
La enfermedad potencialmente mortal de un familiar o amigo cercano, como una parada cardiaca, es dolorosa y complicada para los adultos, pero para los niños puede ser tan confusa como perturbadora. Y como padre o tutor, contarles lo ocurrido puede ser difícil.
Percepción de la madre mientras practicaba la reanimación cardiopulmonar al padre de sus dos hijos:
"Pensé en nuestros hijos, de ocho y cinco años, dormidos en la habitación de al lado. Sabía que tendría que enfrentarme a ellos en dos horas. Las palabras que tendría que decirles destrozarían su infancia. Pensé en que crecerían sin su padre, en que las vacaciones serían sombríos recordatorios de la pérdida y el dolor, y en el vacío que quedaría en sus corazones."
A continuación le sugerimos algunas formas de apoyar a los niños pequeños para ayudarles a comprender y las cosas que puede esperar de ellos durante el duelo.
¿Qué es una parada cardiaca?
La parada cardiaca se produce cuando el corazón de una persona deja de funcionar correctamente y deja de respirar. Es como cuando el motor de un coche deja de funcionar, y el coche ya no arranca. Igual que llamamos a un mecánico para que arregle el coche, cuando el corazón de alguien deja de funcionar, debemos llamar al 911 para pedir ayuda. A veces el mecánico puede arreglar el coche, y a veces no. Igual que el motor de un coche, a veces el corazón no se puede arreglar, y la persona muere.
A veces, se puede ayudar a la persona haciendo algo llamado RCP, que es como dar un pequeño empujón al corazón para que pueda empezar a funcionar de nuevo. También existe un DEA, que es una máquina que puede ayudar a que el corazón vuelva a funcionar.
Es importante saber qué hacer si el corazón de alguien deja de funcionar, como llamar al 911 y hacer la RCP, porque puede salvar la vida de alguien.
¿Qué es la muerte?
La muerte es cuando nuestro cuerpo deja de funcionar, igual que cuando un juguete deja de funcionar y ya no podemos jugar con él. Cuando alguien muere, su cuerpo deja de funcionar y ya no puede respirar, moverse ni sentir. Es como cuando nos vamos a dormir por la noche y nos despertamos por la mañana, pero ellos no se despiertan.
A veces la gente muere porque está muy enferma o es muy mayor y su cuerpo ya no puede funcionar. A veces, la gente muere a causa de accidentes, como caídas o heridas.
Es importante entender que la muerte es una parte natural de la vida y que todo el mundo morirá en algún momento. Y no pasa nada por sentirse triste o disgustado cuando muere un ser querido; es normal tener sentimientos y no pasa nada por lamentarse.
Podemos recordar a la persona que queremos hablando de ella, mirando fotos y compartiendo nuestros recuerdos felices con ella.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es una sensación de preocupación o miedo por algo que pueda ocurrir en el futuro. Es como tener una mariposa en el estómago que no desaparece, aunque no haya nada peligroso a tu alrededor. Es normal sentir ansiedad cuando no estás seguro de que alguien a quien quieres vaya a estar bien. Todo el mundo siente ansiedad alguna vez, pero es importante saber controlarla para que no te impida hacer las cosas que quieres. Aquí tienes algunas cosas que puedes hacer para calmarte y sentirte mejor:
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- Respira hondo: Cuando empiece a sentir ansiedad, inspire profundamente por la nariz y espire por la boca. Esto puede ayudarle a sentirse más tranquilo y relajado.
- Habla con alguien: Comparte tus preocupaciones con alguien de confianza, como tus padres, un profesor o un amigo. Hablar de tus sentimientos puede ayudarte a sentirte mejor y menos solo.
- Tómate un descanso: Si te sientes abrumado, tómate un descanso de lo que estás haciendo y haz algo que te guste, como leer un libro, escuchar música o dibujar.
- Practicar la atención plena: La atención plena es una forma de centrar la atención en el momento presente. Pruebe a sentarse en silencio y prestar atención a su respiración o a los sonidos que le rodean. Esto puede ayudarte a sentirte más tranquilo y centrado.
- Ejercicio: El ejercicio es una forma estupenda de reducir la ansiedad. Pruebe a dar un paseo a pie o en bicicleta, o practique algún deporte. El ejercicio puede ayudarte a sentirte más relajado y feliz.
¿Cómo responden los niños al duelo?
La reacción de un niño ante una enfermedad grave y la muerte de un ser querido varía en función de su edad y sus experiencias vitales. Cada niño es diferente, y los siguientes ejemplos de diferencias y respuestas en función de la edad pueden aplicarse a niños de distintas edades y capacidades intelectuales.
Los niños menores de 5 años no comprenderán el significado de una parada cardiaca. Verán la tristeza y la ansiedad de las personas que les rodean. Puede que tampoco entiendan la permanencia de la muerte y pregunten si la persona fallecida va a volver o cuándo. Hablarles de cómo te sientes de una manera que puedan entender es apropiado. Pueden mostrar comportamientos como aferrarse a su cuidador o conductas regresivas como orinarse en la cama. Estos comportamientos son normales y suelen desaparecer con el tiempo.
Los niños de 6 a 11 años empiezan a comprender que las personas pueden enfermar o lesionarse y que la muerte es para siempre (aunque algunos niños de 6 años seguirán teniendo dificultades con este concepto). Una preocupación habitual de los niños de esta edad es que otros familiares y amigos sufran un paro cardíaco o mueran. Puede que empiecen a hacer preguntas y a querer entender lo que ha pasado. Es posible que muestren su dolor a través de la ira y que experimenten dolores, náuseas o estreñimiento.
Los adolescentes a partir de los 12 años comprenden que las enfermedades pueden ser leves o mortales. entienden que las enfermedades pueden ser leves o potencialmente mortales. Suelen entender qué es una parada cardiaca y su gravedad. También suelen entender que la muerte es irreversible y que le ocurre a todo el mundo, incluidos ellos mismos. Suelen interesarse por entender por qué ocurren las cosas. Sus reacciones varían y pueden incluir apatía, frustración, ira, falta de concentración y tristeza.
Es importante recordar que no hay una forma "correcta" de vivir el duelo ni etapas exactas que todas las personas deban atravesar para "superar" su duelo. Las reacciones de los niños varían en función de su edad, su capacidad intelectual, su relación con la víctima de la parada cardiaca y la respuesta de los demás miembros de la familia, así como de la cultura y la comunidad en la que viven.
¿Cómo responden los niños a la ansiedad? ¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a hacer frente a su ansiedad cuando aún no sabemos si su ser querido estará bien o no?
Los niños menores de 6 años pueden no entender qué es la ansiedad, pero aun así pueden sentirse preocupados o asustados. Pueden llorar o aferrarse a sus padres o cuidadores cuando se sienten ansiosos. También pueden tener problemas para dormir, rabietas o estar más irritables de lo normal.
Los padres pueden:
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- Ayude a los niños pequeños a entender que su ser querido tenía un problema en el corazón, pero que los médicos están trabajando duro para ayudarle a mejorar.
- Proporcione consuelo y tranquilidad, dé abrazos y pase más tiempo con su hijo.
- Mantener la rutina normal del niño para proporcionarle estabilidad.
- Poner a su hijo en contacto con un orientador o terapeuta si es necesario. La mayoría de los pediatras pueden proporcionar referencias.
Los niños de entre 6 y 11 años tienen más probabilidades de entender qué es la ansiedad y de poder hablar de sus sentimientos. Les puede preocupar que su ser querido u otra persona a la que quieren sufra un paro cardiaco. También pueden tener síntomas físicos, como dolores de estómago o de cabeza. Algunos niños pueden evitar ciertas actividades o situaciones porque se sienten ansiosos.
Los padres pueden:
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- Hable con su hijo sobre lo ocurrido, responda a las preguntas que pueda tener y proporciónele información sincera sobre el estado de su ser querido.
- Ayude a su hijo a afrontar la situación animándole a expresar sus sentimientos, haciéndole saber que no pasa nada por sentirse preocupado o triste, y asegurándole que es querido y está seguro.
- Proporcione distracciones y ayude a su hijo a mantenerse ocupado con actividades que le gusten.
- Poner a su hijo en contacto con un orientador o terapeuta si es necesario. La mayoría de los pediatras pueden proporcionar referencias.
Es más probable que los niños de 12 años o más sean capaces de controlar su ansiedad con cierta independencia. Pueden ser capaces de reconocer cuándo se sienten ansiosos y utilizar habilidades de afrontamiento para controlar sus sentimientos. Sin embargo, algunos niños mayores pueden seguir luchando contra la ansiedad y necesitar ayuda de sus padres, profesores o consejeros. Pueden preocuparse por cosas como el colegio, las situaciones sociales o su propia salud y futuro. También pueden presentar síntomas físicos, como sudoración o aceleración de los latidos del corazón. Algunos niños mayores pueden evitar ciertas situaciones porque se sienten ansiosos.
Los padres pueden:
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- Proporcionar un entorno de apoyo y comprensión a los niños mayores.
- Anime a su hijo a hablar de sus sentimientos y ofrézcase a escucharle sin juzgarle.
- Proporcione información sobre la enfermedad del ser querido y lo que hacen los médicos para ayudarle.
- Ayude a su hijo a sobrellevar la situación sugiriéndole mecanismos de afrontamiento saludables, como el ejercicio o las prácticas de atención plena, y animándole a tomarse descansos cuando sea necesario.
- Ofrézcase a poner a su hijo en contacto con un orientador o terapeuta si lo necesita. La mayoría de los pediatras pueden facilitar referencias.
¿Cuál es el momento y la forma adecuados de hablar a mi hijo sobre la parada cardiaca y la muerte?
Basándonos en nuestra experiencia, te recomendamos que no ocultes la verdad y que no tardes en compartir lo que se sabe ("Mamá está enferma") y lo que se desconoce ("Mamá no volverá a casa esta noche"). Es natural proteger al niño, pero, según nuestra experiencia, lo mejor es ser sincero. Contarle a tu hijo lo que ha pasado, lo que sabes y lo que aún no sabes, contribuye a aumentar su confianza en ti y le ayuda a afrontar la incertidumbre y la pérdida que supone una parada cardiaca.
Perspectiva de los padres: "Abrí la puerta del dormitorio que comparten mis hijas. Hice acopio de toda mi fuerza maternal para utilizar una expresión facial y un tono de voz normales mientras les daba la noticia lo mejor que podía. Aún no sabía si sobreviviría. Incluso si lo hacía, no sabía si recordaría algo o sería capaz de funcionar. Intenté no llevar a los niños hacia esas preguntas".
Busque un lugar seguro y tranquilo, libre de distracciones si es posible, para hablar con su hijo y pensar bien lo que le va a decir. Pídale al niño que se siente con usted. Si es un niño pequeño y tiene algún objeto que le reconforte, como un juguete o una manta que le guste llevar, déselo. Asegúrate de hablar despacio, hacer pausas a menudo, darles tiempo para procesar la información y darte tiempo a ti mismo para gestionar tus propios sentimientos. Tus sentimientos y tu comportamiento marcarán el tono de la conversación y enviarán un mensaje al niño sobre cómo debe sentirse y comportarse.
Recomendamos un enfoque empático y honesto con niños de todas las edades. También recomendamos utilizar un lenguaje sencillo y preciso y no expresiones que puedan no entender como "Hemos perdido a la abuela" o "El abuelo ha fallecido", porque puede resultar confuso para un niño que no entienda lo que significa. En su lugar, recomendamos: "Tengo una noticia muy triste. La abuela ha muerto porque su corazón ha dejado de funcionar. No la volveremos a ver con vida, pero nos despediremos". Sabemos que puede ser difícil utilizar un lenguaje honesto y preciso, pero ser sincero y transparente es más fácil a la larga.
Los niños necesitarán tiempo para asimilar esta información. Los niños pequeños pueden reaccionar aparentando no escuchar. Espere con paciencia a que le presten atención o repita la información más tarde. Prepárate para que los niños más pequeños repitan las mismas preguntas una y otra vez, ahora y en los días siguientes.
La visión de los padres:
Era tarde una noche entre semana, cuando mi hija de seis años ya se había acostado. Se había tomado una eternidad para lavarse los dientes y ponerse el pijama, haciendo bromas a propósito para distraerme de la tarea que tenía entre manos (después de todo, es la hija de su padre). (Yo hacía todo lo posible por mantener la paciencia mientras mi mente bullía con todas las tareas nocturnas que se interponían entre mi cama y yo. Mi teléfono la arrullaba con música relajante mientras yo le frotaba la espalda, intentando que se durmiera más rápido.
En la oscuridad, oí su dulce vocecita: "¿Mamá?".
"¿Sí, cariño?" Respondí.
"Sé lo que controla las partes del cuerpo".
"¿En serio?"
"Sí. El cerebro".
"Así es, nena."
"Y el corazón es el que ayuda", afirmó, orgullosa de sí misma.
"Sí, supongo que es verdad. Ahora es hora de ir a dormir".
"Vale. ¿Pero mamá?"
"Suspiré. "¿Qué, cariño?"
"No sé por qué el corazón de papá dejó de latir".
A algunos niños les preocupará haber hecho o dicho algo que haya provocado una parada cardiaca o la muerte. Los niños pueden sentirse culpables, así que compruebe si se sienten responsables y asegúreles que no lo son. Puedes preguntarles: "¿Te preocupa que papá haya muerto por algo que hayas hecho tú?". A continuación, explíqueles con palabras sencillas lo ocurrido y asegúreles que no han hecho nada malo y que no tienen la culpa. Por ejemplo, puedes responder: "No has hecho nada malo. A papá le falló el corazón y dejó de respirar. Nadie podía haber hecho nada y nadie tiene la culpa".
¿Puedo mostrar mis emociones delante de mi hijo?
Es natural y apropiado expresar la pérdida, el dolor y la ansiedad delante de su familia, incluido su hijo. Puede que quiera prepararse para no asustar o sobresaltar a su hijo con la intensidad de su reacción, pero sea sincero. Si se siente triste y está llorando, dígale que se siente triste y que por eso llora y, a continuación, asegúrele que no hay nada malo en mostrar los sentimientos a los demás. Esto ayudará a tu hijo a identificar el sentimiento y a sentirse más cómodo mostrando sus emociones.
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a afrontar el duelo?
El duelo es lo que hacemos ante la pérdida y el dolor. El duelo es la forma en que aceptamos la pérdida de un ser querido. Puede producirse tras una parada cardiaca cuando el superviviente sufre una discapacidad importante, deja de ser quien era o no sobrevive. Es importante que su hijo participe en el duelo, por ejemplo recordando momentos felices juntos, compartiendo historias, celebrando su vida y despidiéndose.
Cuando el cerebro o el cuerpo de un superviviente de una parada cardiaca se ven muy afectados, tienen problemas para hablar, no pueden hablar o recordar cosas, o de repente se ven limitados a una silla de ruedas. En casos así, el duelo puede ser especialmente complejo y confuso. Puede que esté agradecido por su supervivencia, pero también de luto por la persona que una vez fue para usted y su hijo. También puede estar experimentando la pérdida de su independencia si se ha convertido en un co-superviviente que proporciona cuidados a un superviviente de parada cardiaca con discapacidades significativas. Puede ser útil expresar lo importante que era y sigue siendo el superviviente para todos vosotros, y llorar deliberadamente la pérdida. En cierto modo, llorar la muerte de un ser querido puede permitir una transición más completa, en la que se puede celebrar un funeral y una ceremonia para celebrar lo importante que era la persona. Hablar con un profesional, como un psicólogo, un trabajador social o un capellán, puede ser especialmente útil.
Tanto si su ser querido sobrevivió como si murió, puede encontrar formas de que su hijo conecte con los recuerdos de la persona antes de la detención y demuestre su amor y la importancia de esa persona en su vida. A los niños les puede gustar pintar un cuadro, leer un poema o algo que hayan escrito sobre esa persona, o cantar una canción.
Las familias tendrán diferentes creencias espirituales y prácticas culturales. Cuando se experimenta el duelo y la pérdida, puede ser útil ponerse en contacto con su líder espiritual que puede apoyarle en el duelo, la comprensión de la muerte, y proporcionar consuelo a usted y su hijo.
¿Cómo puedo proteger la salud mental de mi hijo?
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- Continúa proporcionando al niño amor y cuidados constantes.
- Los bebés y los niños pequeños se sienten seguros y queridos cuando están en estrecho contacto físico, como cuando se les abraza, se les mece o se les canta.
- Intente mantener sus rutinas de vida habituales con tiempo para actividades habituales como jugar, comer, ir al colegio y hacer ejercicio.
- Si tu hijo muestra un comportamiento desafiante (rabietas, regresión), debes intentar verlo como algo normal y temporal. Está mostrando lo que siente pero no puede decir, y no hay que castigarle por ello.
- Informa a los profesores, amigos íntimos y otros padres de lo ocurrido para que puedan apoyar al niño.
- Tienes que ocuparte de tus propias necesidades para ser el mejor padre posible para tu hijo. Dedíquese tiempo a sí mismo: duerma lo suficiente, coma sano, haga ejercicio, tómese tiempo para relajarse y tenga a alguien a quien acudir en busca de apoyo emocional.
- Tener un plan para evitar prácticas nocivas como el aumento del consumo de alcohol o drogas. Identifique actividades sanas alternativas para emplear cuando se sienta tentado. La salud de tus hijos está relacionada con la tuya.
Repite las conversaciones sobre el suceso y los sentimientos del niño a medida que crezca. A medida que crezcan, entenderán más. Sigue las indicaciones del niño sobre cuándo está preparado para volver a hablar de ello y deja que sea él quien dirija la conversación con sus preguntas. Responda con la mayor sinceridad posible y de la forma más adecuada a su edad. Evite especular y sea sincero sobre lo que sabe y lo que no sabe. Utiliza la información y las estrategias de afrontamiento sugeridas anteriormente, en función de la edad del niño.
Fuentes
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Flanary K. El lugar tranquilo. J Card Fail. 2021 Nov; 27 (11): 1300-1301. DOI: https://doi.org/10.1016/j.cardfail.2021.10.002 PMID: 34749929.
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